La estación de tren de Toledo es la puerta de entrada y salida de la ciudad para muchos viajeros que se acercan a descubrir su rico patrimonio histórico. Sin embargo, no muchos saben que la propia estación fue declarada en 1991 Bien de Interés Cultural, cuando no había cumplido ni los 80 años.
En 1914 Toledo comenzó a convertirse en potencia turística y lugar habitual de visita de la familia real. La antigua estación de ferrocarril debía adecuarse a las nuevas demandas, así que se encargó a la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza que llevará a cabo el diseño del proyecto.
El arquitecto español Narciso Clavería fue el encargado de idear una nueva estación para Toledo siguiendo el estilo neomudéjar, del que fue gran impulsor. Tras casi tres años de obras y un coste cercano a los dos millones de pesetas, en 1919 se finalizó su construcción pasando a formar parte del acervo histórico y artístico de la ciudad.
En el Archivo Histórico Ferroviario del Museo del Ferrocarril de Madrid se conservan una serie de fotografías tomadas por F. SALGADO de todo el proceso de construcción (que finalizó en 1919) de las que os mostramos una selección.
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